Cómo escribir un libro infantil
¡Bienvenidos al mágico mundo de la escritura infantil! En este fascinante viaje literario, exploraremos juntos el arte de crear historias que cautiven la imaginación de los más pequeños. Escribir un libro infantil no solo es un desafío creativo, sino también una oportunidad para sembrar semillas de inspiración y aprendizaje en las mentes curiosas de los niños. Desde la elección de personajes encantadores hasta la magia de las ilustraciones, este artículo será tu guía encantada para descubrir los secretos detrás de la creación de historias que perdurarán en la memoria de los pequeños lectores. ¡Prepárate para embarcarte en un viaje donde la creatividad se entrelaza con la alegría de contar cuentos!
Antes de nada, investiga
El primer paso crucial en el proceso de escribir un libro infantil radica en adquirir un profundo conocimiento sobre el tema que abordaremos. La importancia tanto del «qué» como del «cómo» en la redacción no puede subestimarse. En este sentido, surge la pregunta fundamental: ¿Sobre qué vamos a escribir? Ser un lector ávido se revela como una herramienta invaluable, ya que proporciona una base sólida para identificar los tipos de libros que tienen éxito en el mercado y comprender los géneros y argumentos que más atraen al lector promedio.
A continuación, es esencial familiarizarnos con nuestro público objetivo y determinar el género que se ajustará a nuestra obra infantil. Este proceso agiliza significativamente la redacción. Por ejemplo, si tenemos experiencia en novelas de ciencia ficción, redactar una historia en ese género será más fluido que abordar uno completamente diferente.
Una vez decidido el género, llega el momento de considerar la audiencia a la que nos dirigimos. En el caso de los libros infantiles, el enfoque se centra en niños y preadolescentes, un grupo que experimenta constantemente vivencias intensas y tiende a ser rebelde debido a la naturaleza de su edad.
En consecuencia, es crucial reflexionar sobre lo que podemos ofrecer a este grupo de lectores. Plantearse preguntas como ¿qué libros leen?, ¿comprarán mi idea?, y ¿cómo puedo hacer que mi libro infantil sea atractivo? proporciona insights valiosos para descifrar la clave de nuestra obra. Además, es fundamental indagar por qué un niño cercano a nuestro entorno eligió leer cierto libro, como parte del proceso de comprensión del público objetivo.
La idea como punto de partida
El primer paso fundamental al embarcarse en la creación de un libro infantil implica adquirir un conocimiento profundo sobre el tema que abordaremos. La relevancia tanto del «qué» como del «cómo» en el proceso de redacción no puede ser subestimada. En este contexto, surge la pregunta esencial: ¿sobre qué trataremos en nuestra obra? Ser un lector apasionado se revela como una herramienta invaluable, ya que brinda una base sólida para identificar los tipos de libros exitosos en el mercado y comprender los géneros y argumentos que más atraen al lector promedio.
Posteriormente, es imperativo familiarizarnos con nuestra audiencia objetivo y determinar el género que mejor se adapte a nuestro libro infantil. Este paso agiliza significativamente el proceso de redacción. Por ejemplo, si contamos con experiencia en novelas de ciencia ficción, redactar una historia en ese género resultará más fluido que abordar uno completamente diferente.
Una vez definido el género, es el momento de considerar la audiencia a la que nos dirigimos. En el caso de los libros infantiles, el enfoque se centra en niños y preadolescentes, un grupo que experimenta vivencias intensas y tiende a ser rebelde debido a la naturaleza de su edad.
En consecuencia, resulta crucial reflexionar sobre lo que podemos ofrecer a este grupo de lectores. Planteando interrogantes como ¿qué libros leen?, ¿comprarán mi idea?, y ¿cómo puedo hacer que mi libro infantil sea atractivo?, obtenemos percepciones valiosas que nos ayudarán a descifrar la clave de nuestra obra. Además, es esencial explorar por qué un niño cercano a nuestro entorno elige leer cierto libro, como parte del proceso de comprensión de nuestro público objetivo.
Los pasos a seguir
- Conéctate con tu lado infantil: Revive la emoción que experimentabas al elegir entre los autores de literatura infantil. Para los niños, lo desconocido resulta fascinante. Escribir un libro que los sumerja en un mundo lleno de diversión y grandes aventuras ayudará a capturar su atención.
- Adapta tanto el texto como las ilustraciones: En el ámbito de la literatura infantil, las ilustraciones desempeñan un papel fundamental. Asegúrate de que el texto y las ilustraciones encajen bien para organizar la trama de manera efectiva.
- Elige cuidadosamente el tema: La elección del tema es crucial en los géneros de la literatura infantil. Aunque la curiosidad de los niños es infinita, también son exigentes. Si optamos por una temática que no despierte su interés, se aburrirán. Por lo tanto, es esencial seleccionar un argumento que los conecte con la lectura y los deje ansiosos por más.
- No subestimes su capacidad de reflexión: Es crucial no subestimar la capacidad de reflexión de los más pequeños y abordar temas cercanos a su realidad, como el acoso escolar o la identidad de género.
- Enfócate en la escritura: A menudo, nos encontramos con autores que planifican las ventas antes incluso de escribir el libro. Aunque establecer objetivos puede ser útil, no siempre garantiza la calidad del relato. Desde Círculo Rojo Grupo Editorial, se recomienda a los autores que sigan sus propios instintos al escribir. Si bien es importante tener en cuenta ciertas pautas para alcanzar el éxito, estas pautas son poco útiles si la obra no refleja autenticidad del autor.
Estructura interna
Volvamos a abordar la creación del esquema. Tener una visión clara sobre el «qué» y el «cómo» de la narrativa resulta fundamental para evitar que el lector se extravíe en la trama. Aunque la estructura clásica de planteamiento, nudo y desenlace sea simple y efectiva, no es obligatorio adherirse a ella si no se ajusta a la naturaleza de nuestra historia.
En cuanto a los diálogos, constituyen una herramienta valiosa para establecer relaciones entre los personajes y desarrollar sus propios conflictos. En los libros infantiles, son indispensables para revelar la auténtica personalidad de los personajes, pero se debe mantener la coherencia narrativa en todo momento.
En lo que respecta al ritmo de la obra, varios elementos deben ser considerados. Mantener un equilibrio es esencial, ya que cualquier forma de caos en un libro infantil puede resultar desastroso. Además, el ritmo debe ser vibrante y emocionante, aunque el género del libro determinará si debe presentar más suspense, acción, entre otros.
Es imperativo tener siempre en mente lo que es más apropiado para nuestro público objetivo. El objetivo principal es el disfrute de la lectura, por lo tanto, debemos evitar abrumar a los lectores con giros argumentales excesivos o demasiada tensión. Aunque no exista una fórmula mágica para lograrlo, es esencial prestar atención a las demandas de la trama en cada momento.
Planteamiento y desenlace
Aunque estos conceptos no sean novedosos, resultan esenciales para crear un cuento infantil de calidad. Los primeros capítulos funcionan como la introducción de lo que deseamos contar, brindando al público razones para captar su atención y engancharse a nuestra historia.
Sin embargo, existe un riesgo significativo, ya que las primeras impresiones son cruciales. Si no logramos generar buenas sensaciones, el impacto en el público infantil puede ser mínimo, incluso llevando a resultados desastrosos para nuestro libro o cuento infantil. Por lo tanto, es imperativo que el inicio sea fluido, atractivo y cautivador.
Una vez superada esta etapa, podemos adentrarnos en el cuerpo del relato. Es crucial seguir una estructura ordenada de capítulos para evitar perderse en una confusión de páginas. Por tanto, resulta útil crear esquemas que aseguren el desarrollo coherente de la trama del libro infantil que estamos escribiendo.
Podemos tomar como referencia los conocidos «hilos rojos» de las novelas policíacas para guiar nuestra trama. No obstante, es importante no excederse en este proceso, sino más bien establecer pautas básicas que nos permitan mantener un rumbo constante hacia un final coherente y lógico.
En la maravillosa travesía de escribir un libro infantil, recordemos que cada palabra que plasmamos es como un destello en los ojos curiosos de un niño. La creatividad, la conexión emocional y la atención al detalle son las llaves mágicas que abrirán las puertas de la imaginación de nuestros pequeños lectores.
Así que, queridos escritores de historias encantadas, sigamos explorando esos universos llenos de risas, aprendizajes y emociones. Dejemos que nuestras plumas se conviertan en varitas mágicas que conjuren mundos inolvidables. En cada página, cultivemos la semilla del amor por la lectura y la pasión por descubrir. ¡Que la magia de nuestras historias perdure en los corazones de los niños y niñas, inspirándolos a soñar y crecer con cada palabra escrita! ¡Hasta la próxima aventura literaria!
Para más información
Email: info@grupoplumagica.com
Teléfonos: 951505096 – 650431026
Desde luego que escribir un cuento infantil no es nada sencillo, hay que tener un extra de imaginación muy alto
A mi escribir no se me da mal, pero es lo que comenta Ivana, para hacer un cuento infantil tiene que tener ese plus extra de imaginación