Los bares y tabernas imprescindibles de Granada que no te puedes perder
Son los bares de siempre, esos que, por su antigüedad y carácter, forman parte del alma de la ciudad.
Este valioso patrimonio granadino está compuesto por bares, bodegas, tascas y tabernas que emanan clasicismo por sus paredes, calidez por sus licores y tradición por sus sabores. Con el tiempo, este legado ha ido dejando espacio a nuevas formas de hostelería, no necesariamente mejores ni peores. Estos lugares son la historia viva de Granada, que se mantiene entre azulejos coloridos, barriles, tapas deliciosas, jamones colgados y camareros con camisas blancas y pajaritas. Se distribuyen por las calles más céntricas y por barrios como el Realejo, el Albaicín y el Camino de Ronda. Son rincones queridos por muchos granadinos y el destino perfecto para los turistas que buscan refugio del frío durante el otoño y el invierno. Un buen plan para este puente.
Bar Aliatar
La casa de bocadillos más antigua de Granada se encuentra en la calle San Sebastián, en ese laberinto que emerge de la Plaza Bib-Rambla. Aunque lleva décadas en el mismo lugar, el Aliatar se ha expandido recientemente con un nuevo local más grande en la calle San Antón. Desde 1947, esta tradicional bocadillería ha brindado a los granadinos rapidez, cercanía y buenos momentos, con un variado menú de bocadillos fríos y calientes, todos deliciosos. Cada cliente tiene su favorito, desde el clásico Sopón (atún con tomate que empapa el pan) hasta el Madrid (mantequilla, jamón y anchoas), pasando por otros populares como el San Francisco, el Mallorquín con sobrasada, el perrito caliente, el bocadillo de habas o el de tortilla de patatas. Hay mucho para elegir y la calidad está garantizada, todo servido en cuestión de pocos minutos.
San Remo
Este lugar emblemático lleva casi 60 años siendo parte del tejido gastronómico de Granada. Aunque muchos lo conocen por el nombre ‘Casa Armando’, gracias al hombre que ha estado detrás de la barra durante casi cuatro décadas y que lleva más de veinte años al frente del negocio. Hablar del San Remo es hablar de sus famosas patatas bravas, hamburguesas con la salsa especial de la casa, jerónimos, chipolatas y pinchitos. La amplia selección de comidas rápidas y sabrosas se ofrece a lo largo de su estrecha barra, y se complementa con un acogedor salón para quienes prefieren disfrutar de un buen plato, como el solomillo, con toda la comodidad. Lo que distingue a este lugar es el trato especial, que ha creado una clientela fiel y ha hecho que el nombre San Remo se transmita de generación en generación.
Los Diamantes
En medio de la bulliciosa calle Navas, conocida por su vibrante oferta de bares y restaurantes, se encuentra uno de los locales más icónicos de Granada. Los Diamantes, que abrió sus puertas en 1942, es ahora una auténtica catedral de la fritura en la ciudad de la Alhambra. Este bar es el paraíso para los amantes del pescadito frito, las gambas (fritas o a la plancha), y otras delicias rebozadas. Aquí no se elige la tapa, pero los platos van y vienen a un ritmo vertiginoso, dejando a los comensales con la difícil tarea de seguir el ritmo. A pesar de su actividad frenética, el ambiente conserva el encanto de los bares tradicionales, con detalles cuidados como la caña bien tirada y una decoración que honra sus raíces. Los Diamantes es un lugar de paso obligado para quienes buscan una experiencia auténtica y sabrosa en Granada.
Bodegas La Mancha
Este lugar, fundado en 1958, comparte propietario con las conocidas Bodegas Castañeda y tiene casi la misma antigüedad, además de coincidir en el estilo y la decoración. Sin embargo, mientras que en las Bodegas Castañeda lo que predominan son las tablas y las raciones, en La Mancha, que está a solo dos calles de distancia, la especialidad son los bocadillos. Aquí, los clientes acuden para disfrutar de bocatas como el de habas con jamón, el de morcilla o el clásico perrito caliente. Pero el menú no se limita a bocadillos: también se pueden degustar tapas de arroz, migas, ensaladilla o salpicón, además de raciones como croquetas, flamenquín o un buen caldo caliente. La Mancha es un lugar ideal para disfrutar de comida casera y una atmósfera acogedora en el corazón de Granada.
Casa Torcuato
Aunque lleva en el barrio del Albaicín desde 1932, el nombre de Casa Torcuato llegó en 1946. Esta casa, tanto en forma como en espíritu, es un referente de la hostelería del Albaicín y sigue en pie gracias a la cuarta generación de la familia, manteniendo la esencia tradicional y el sabor auténtico. Casa Torcuato es un lugar donde se puede disfrutar de una comida completa, pero donde las tapas tienen un lugar destacado, con especialidades como la carne en salsa. El local es amplio y cuenta con una de las terrazas más famosas de la ciudad de la Alhambra, con vistas inigualables. Además, el ambiente tradicional se extiende a la barra, que está cuidada al detalle. Un sitio encantador para saborear la tradición y disfrutar del entorno histórico del Albaicín.
Taberna La Tana
Es el tipo de lugar donde el tiempo parece detenerse y que encanta a los aficionados al vino, pero también a quienes disfrutan de la comida tradicional andaluza en un ambiente con historia. Con casi 30 años de trayectoria, este sitio se ha transformado en un clásico tanto para el barrio como para la ciudad. Aquí, el arte está en rodearse de vinos y encontrar el que mejor se ajuste a cada ocasión. Ya sea para una degustación pausada o para acompañar un plato tradicional, este lugar ofrece una experiencia auténtica y acogedora, con la calidad y la calidez que solo los clásicos pueden brindar.
Los Manueles
Una de las arterias principales de la ciudad, la calle Reyes Católicos, está presidida por un establecimiento que es sinónimo de tradición: Los Manueles. Aunque este bar haya cambiado de local, ampliado sus espacios o modernizado su imagen, siempre será conocido por sus famosas croquetas. Con más de cien años de historia, Los Manueles se ha convertido en un ícono de la gastronomía granadina, no solo por sus croquetas sino también por su tortilla de Sacromonte y sus habas con jamón. Platos tradicionales que atraen tanto a locales como a turistas, que no quieren perderse uno de los puntos de referencia gastronómica en Granada. La buena fama es lo que tiene: te convierte en una parada obligatoria para aquellos que buscan auténticos sabores andaluces en su visita a la ciudad.
En resumen, Granada es una ciudad que tiene algo para todos. Desde bares históricos con décadas de tradición hasta vinacotecas acogedoras, el paisaje gastronómico y cultural es tan diverso como cautivador. Cada barrio cuenta su propia historia a través de sus tabernas, bodegas y vinotecas, lugares donde la comida, el vino y el ambiente se unen para crear experiencias únicas. Ya sea disfrutando de un bocadillo clásico, saboreando una tapa de morcilla, o eligiendo un vino especial, Granada ofrece un viaje culinario inolvidable. Así que, la próxima vez que te encuentres en esta ciudad llena de encanto y tradición, asegúrate de explorar sus rincones y dejarte llevar por sus sabores y sonidos. El espíritu de Granada te espera con los brazos abiertos y una tapa deliciosa.
Unos clásicos!!!
Si sales a tapear a alguno de estos tienes que ir, si o si
Lugares emblemáticos de toda la vida donde el tiempo parece que se ha detenido y que tienen un encanto especial
Son, como dice el titular, imprescindibles
De obligada visita si sales a echar unas cervezas y unas tapas!!